La etapa del embarazo y posparto en una mujer está marcada por la incertidumbre. De pronto surgen muchas preguntas sobre lo que es o no beneficioso para el desarrollo del bebé en camino y, posteriormente a dar a luz, lo que es más adecuado para su salud y crecimiento. Si estás en este proceso, debes saber que no estás sola. Es normal tener interrogantes continuamente y lo importante es informarse y preguntar todo lo necesario a los profesionales que estemos visitando. Hoy queremos hablarte de la alimentación durante la lactancia, un campo desconocido para muchas. ¡Continúa leyendo!
La alimentación durante la lactancia puede dar lugar a infinidad de preguntas. Y es que hasta el momento aquello que ingeríamos solo nos afectaba a nosotras, pero ahora hay alguien más que depende de nuestras decisiones cotidianas. «¿Qué debo comer?», «¿qué debo evitar?», «¿cuántas comidas hago?», «¿esto podría beneficiar o perjudicar al bebé?», «¿cómo afecta mi dieta a la leche materna?»… ¿Te suenan?
Cada mujer presenta unas circunstancias concretas y es plenamente libre para decidir qué tipo de alimentación va a darle a su bebé, ya sea mediante lactancia materna o leche de fórmula. Hay muchas razones que podrían llevar a elegir una u otra opción y esto nunca ha de ser cuestionado, pues es una decisión muy personal basada en diferentes criterios.
Sobre la leche materna, esta es un alimento perfecto y plenamente adecuado a las necesidades del bebé. Y es que cuenta con los nutrientes necesarios para favorecer un buen estado de salud, además de contribuir al desarrollo y crecimiento saludables. Aporta beneficios no solo para la etapa de la infancia, sino para la vida en general, reduciendo las probabilidades de padecer ciertas enfermedades.
¿Cómo alimentarte durante el embarazo y la lactancia?
La lactancia materna es muy positiva por diferentes razones, ahora bien, no es un camino fácil. Para algunas puede ser maravillosa desde el primer momento, pero otras mamás pueden encontrar dificultades de diferente índole. Es importante saber que en gran parte de los casos puede solucionarse, si es el deseo de la madre apostar por la lactancia materna. En este sentido, será vital contar con ayuda de profesionales que puedan determinar qué ocurre y por qué está habiendo dificultades a la hora de lactar.
Alimentación rica en nutrientes
En cuanto a la alimentación de la mamá durante la lactancia, no es necesario seguir una dieta especial o pautada. No obstante, es fundamental que esta sea variada, sana y nutritiva. Debe tenerse en cuenta la presencia de frutas, verduras, cereales integrales y todo tipo de alimentos que nos brinda la naturaleza. Será importante la presencia de proteínas (legumbres, huevos, pollo, pescado, carnes magras…) y grasas saludables (aguacates, pescado azul, frutos secos, semillas, AOVE…).
Variedad de alimentos
Debes saber que los alimentos que consumes durante la lactancia cambian el sabor de la leche materna. Esto hará que tu bebé experimente diferentes sabores cuando amamante, lo cual puede favorecer que más adelante acepte mejor los alimentos sólidos, al estar familiarizado con los distintos sabores.
Consumo de más calorías
Es lógico que tu cuerpo demande más comida de la habitual, y es que necesitas suficiente energía para producir leche y alimentar a tu bebé. En este caso, con el fin de obtener calorías adicionales, opta por alimentos ricos en nutrientes y no caigas en el consumo de ultraprocesados cargados de grasas y azúcares. Durante este periodo, como seguramente ya hacías en el embarazo, concéntrate en tomar decisiones saludables que además de afectarte a ti, repercuten directamente en tu bebé.
Alimentos a evitar
No debes temer a alimentarte de una manera completa y variada cuando estás dando el pecho. Es recomendable, como sucede en cualquier contexto saludable, que no fumes ni bebas alcohol, o al menos que limites el consumo de este último a ocasiones puntuales. Tampoco te excedas con el café u otras bebidas con cafeína y evita los productos ultraprocesados.
Debes tener especial cuidado con el consumo de pescado azul, apostando por 1-2 raciones semanales (reduce esta proporción cuando se trate de pescados de gran tamaño, como el pez espada o el atún, que pueden contener elementos contaminantes).
Enfrentarse a una alimentación saludable
Es muy importante que no te exijas en exceso en una etapa caracterizada por la vulnerabilidad, la aceptación y los cambios. Una cosa es que cuentes con la información necesaria para cuidarte y otra muy distinta es que te castigues si no puedes cumplirlo a rajatabla. Tu bebé necesita a una mamá con una buena salud mental, que se permita aprender con tiempo y recuperarse progresivamente.
Aun así, piensa que cuidarte no solo por el bebé, también por ti, te ayudará a sentirte de mejor humor, evitará la ganancia de peso en este proceso de cambios y te hará sentir más enérgica y recuperada. Por lo tanto, encuentra en la alimentación saludable un refuerzo, un aliado, y no una responsabilidad adicional.
Ante cualquier duda, consulta a los profesionales de la salud especializados en posparto y lactancia materna.
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