Entrenar de forma completa es fundamental. Con independencia de que busquemos potenciar una parte de nuestro cuerpo en concreto, llevar a cabo una rutina global que nos permita evolucionar de manera armoniosa es de vital importancia. Y esta cuestión no se fundamenta únicamente en lo estético, sino en la propia salud y la funcionalidad con el paso del tiempo. Da igual si tu objetivo es tonificar y desarrollar glúteos, machacar únicamente esta zona y olvidar el resto no será beneficioso para ti. Hoy queremos contarte para qué sirve un abdomen fuerte, si no te lo habías planteado… ¡inclúyelo en tu entrenamiento!
Ir al gimnasio, entrenar en casa con Entrena Virtual, asistir a clases colectivas… Hay un sinfín de posibilidades que nos permiten llevar a cabo una rutina deportiva sin excusas, que se ajuste lo máximo posible a nuestras necesidades y objetivos. Independientemente de cómo entrenes, hay un aspecto que nunca debes obviar y es trabajar la fuerza de manera global. Cada parte de nuestro cuerpo cumple una función y desarrollarnos de manera equilibrada nos permitirá contar con unas capacidades deportivas y generales más eficientes.
Un corredor, una bailarina, un futbolista, etc., no solo corren, bailan o juegan al futbol, respectivamente. Además, entrenan su musculatura de forma profunda y completa para estar preparados para la acción, con independencia de que su actividad sea una más específica. La potencia, la fuerza, la velocidad, el equilibrio, la capacidad de reacción, y un largo etcétera, se ven influenciadas por la preparación que hay detrás.
¿Para qué sirve un abdomen fuerte? ¿Qué aporta?
En este sentido, y por si eres de esos que se machaca todos los días a hacer ejercicios de brazos para aumentar el volumen, pecho o glúteos, y olvida la parte central de su cuerpo, hoy queremos recordarte para qué sirve un abdomen fuerte, qué va a aportar un centro corporal trabajado y resistente. ¿Quieres saber más? ¡Te lo contamos!
Los abdominales están formados por el transverso del abdomen, los oblicuos y el recto anterior. Estos, junto al psoas, los músculos del suelo pélvico y el diafragma, son fundamentales para proporcionar estabilidad a la columna vertebral, mantenernos erguidos, disminuir la presión en los discos intervertebrales dorso-lumbares y evitar sobrecargas lumbares.
Una vida sedentaria puede provocar que esta musculatura se debilite, causando desequilibrios estructurales, afectando a la postura y provocando dolores e incluso posibles lesiones adversas. Con su fortalecimiento, además de prevenir lesiones y mejorar nuestra postura, protegemos los órganos vitales.
Su desarrollo nos aporta un mayor control del cuerpo, optimizando el equilibrio, la coordinación y la propiocepción. Un core fuerte supone una musculatura más eficiente, que nos beneficiará tanto en los entrenamientos, permitiendo que sean más prolongados e intensos, como en el resto de nuestra actividad cotidiana.
Como ves, un abdomen fuerte no consiste solo en lucir un six pack de anuncio, es una cuestión de salud, bienestar y eficiencia diaria en cualquier campo. Se trata de un escudo que nos protege, capaz de prevenir dolencias y mejorar nuestra comodidad.
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