Si algo tenemos claro es que el hábito de entrenar es fundamental en un estilo de vida saludable. Además, para aquellos que lo hacen por primera vez y siguen adelante con constancia y esfuerzo, puede suponer un verdadero antes y después. La gran mayoría describe este cambio hacia una vida más activa como un aumento muy notable del bienestar, la energía y la vitalidad diaria. ¿Puede haber algo más valioso y gratificante? Hoy queremos hablarte de las sensaciones en el entrenamiento, las que se tienen antes y después de una sesión. Sigue leyendo y descúbrelas… ¿Te suenan? ¿Añadirías algo más?
Entrenar es para todo el mundo y, como siempre te decimos, no hay excusas. Ni la edad, ni la experiencia previa, ni la disponibilidad horaria deberían impedirte hacer ejercicio. Este hábito constituye un pilar fundamental para preservar una buena salud y merece mucho la pena organizarse y esforzarse por dedicar un rato diario a ejercitarse.
¡Y esto no es solo una mera cuestión estética! Es evidente que el cuerpo experimenta cambios visibles tras un tiempo entrenando, que se van dando de manera progresiva y a lo largo de la vida. Pero lo que verdaderamente te enganchará y logrará la adherencia al ejercicio físico son las sensaciones en el entrenamiento. Al finalizar uno no es el mismo que antes de hacerlo. Podemos decir que hay un antes y un después al llevar un tiempo entrenando; pero también hay un antes y un después tras cada sesión aislada.
Sensaciones antes y después de entrenar: algo cambia dentro
Cada persona es un mundo y tiene unas necesidades y circunstancias propias. Por ello, cada cual hallará en su sesión de ejercicio unos resultados y experiencias individuales. Ahora bien, de manera general, podemos extraer algunas sensaciones en el entrenamiento con las que prácticamente todos se sentirán identificados, no tenemos dudas.
Cabe destacar que, si nunca has entrenado y has iniciado recientemente el hábito, las agujetas, el cansancio, el esfuerzo por ser constante, las inseguridades o la inexperiencia pueden eclipsar todo lo positivo que envuelve al entrenamiento. Debes saber que esto es cuestión de tiempo, no siempre vas a sentirte así y dentro de muy poco notarás cómo la experiencia, la evolución, la confianza y la comodidad fluyen. ¡No abandones!, porque lo mejor está por venir.
Paz mental activada
Puede ocurrir que tengas ciertas preocupaciones en el ámbito personal o profesional y experimentes estrés y algunas emociones negativas. El ejercicio es un potente antidepresivo que previene muchas dolencias a nivel emocional, nos equilibra, reduce el estrés y nos ayuda a relativizar todo lo que ocurre a nuestro alrededor.
Es un hecho que a lo largo de la vida todos pasaremos por momentos complicados; no obstante, adquirir herramientas para gestionarlos y atravesarlos de la mejor manera es posible y la adherencia al entrenamiento es sin duda una de ellas. Porque es un recurso para aumentar el bienestar, para no abandonarse y soltar mucha de la tensión acumulada en cuerpo y mente. Abrázate a tu hábito deportivo, porque te dará luz en muchos momentos vitales.
Motivación general
Cuando uno finaliza su entrenamiento, día tras día, va sintiendo una gran satisfacción y confianza. Porque sabemos que no es fácil encontrar el tiempo y las ganas diarias de entrenar; por eso, cuando aun así se logra, el subidón es casi palpable. El resultado se traduce en una motivación general por seguir activos más allá del tiempo de entrenamiento. Tenemos más energía y vitalidad, nos apetece hacer más cosas y sentimos a nuestro cuerpo preparado para ello: más fuerte, con mayor resistencia, con más funcionalidad.
Autocuidado transversal
En cuestión de estilo de vida y hábitos saludables, una cosa lleva a la otra. El que incorpora el entrenamiento en su rutina y cumple, experimenta generalmente unas fuertes ganas por mejorar en otros aspectos de la vida, como la alimentación, el descanso, el cuidado de la salud mental… Porque cuando una persona ve lo que cuidarse provoca en el cuerpo y en la mente, ¡quiere más!
Tenemos mucha responsabilidad y poder sobre cómo nos encontramos y es importante entender que las decisiones que tomamos cada día nos acercan o nos alejan de la versión de nosotros que queremos ser. ¿Cuál va a ser tu decisión?
Mejor calidad del sueño
Las sensaciones del entrenamiento varían en cada persona, pero hay algo contrastado y estudiado por la evidencia científica. Y es que entrenar favorece un descanso reparador. Dormir bien es un canal para que muchos procesos internos puedan darse, contribuyendo así al adecuado funcionamiento del organismo. Entrenar hace que os sintamos más relajados y esto favorece un mejor descanso.
Claro está que para ello debemos acompañar el hábito deportivo de una serie de rutinas que remen a favor de este contexto: cenar ligero y dejar tiempo para el proceso digestivo, reducir la exposición a las pantallas antes de dormir, buscar la comodidad y orden en el dormitorio, etc.
Entrena Virtual va contigo
Todo esto suena genial, pero lo cierto es que hay quienes tienen la intención de incorporar este hábito y disfrutar de las sensaciones en el entrenamiento y no saben por dónde empezar. Es importante, sobre todo si nunca se ha hecho antes, contar con una guía que sirva de orientación para entrenar de forma equilibrada, con buena técnica y cierta dosis de motivación.
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