Para lograr los objetivos que nos marcamos y dar lo mejor de nosotros es importante atender a la manera en la que nos hablamos. Si no nos creemos capaces de conseguirlos, probablemente ni lo intentemos. Por el contrario, si somos conscientes de nuestra valía y nos atrevemos a intentarlo, aceptando que puede salir bien o mal, estaremos mucho más cerca de hacer realidad nuestros deseos. Descubre algunos tips para aumentar la autoestima. Te invitamos a reflexionar sobre ello: ¿cómo te hablas a ti mismo?, ¿qué te dices?
La autoestima hace referencia al concepto que tenemos de nosotros mismos, de nuestra valía. Son los pensamientos, actitudes, experiencias y sensaciones que hemos construido a lo largo de nuestra vida y que forman una imagen de nosotros que no tiene por qué corresponder con la realidad. Es lo que creemos que somos, más allá de lo que verdaderamente seamos.
El conjunto de experiencias vividas y valoraciones, propias o ajenas; la manera en la que nos hemos desenvuelto en las diferentes circunstancias de la vida; las conclusiones que extraemos sobre si hemos logrado satisfacer nuestras propias expectativas… Estos factores, entre otros, construyen una idea de nosotros mismos. Nos cuentan si nos autopercibimos como personas inteligentes o no inteligentes, capaces o no capaces, victoriosos o fracasados, etc.
La autoestima no es algo con lo que nacemos, no nos viene impuesta. Es algo a lo que vamos dando forma granito a granito, con nuestros propios juicios y las opiniones que los demás tienen (o creemos que tienen) sobre nosotros.
La autoestima y la actividad física
En el ámbito de la actividad física, hay muchas personas que se inician con una baja autoestima a causa del juicio que hacen sobre su cuerpo o sobre sus capacidades: «no voy a saber hacerlo», «no se me da bien», «no me gusta mi cuerpo», «me da vergüenza que me vean en el gimnasio», «la ropa deportiva no me sienta bien», «nunca conseguiré ver cambios en mi cuerpo»…
Con este ejemplo, podrás comprobar que es muy probable que una persona que piensa así no se atreva finalmente a ir a por todas hacia su objetivo. Que esta persona tenga esas sensaciones no significa en absoluto que sean ciertas. Quizá se le dé genial la actividad, la realidad es que la actividad física es para todo el mundo y cualquier cuerpo es válido y merece todos los cuidados que le podamos dar.
Y esta es parte de la gran importancia de aumentar la autoestima en personas que la tienen bajita. Porque lo cierto es que tiene mucho poder a la hora de enfrentar la vida y los retos, de mostrar resiliencia sin que los «fracasos» no afecten en exceso, nos frenen o cambien la manera en la que nos valoramos. Una autoestima reforzada nos permite evolucionar hacia donde queremos estar, atrevernos aun a riesgo de fallar, hablarnos con respeto y darnos el empujón que necesitamos cuando tenemos dudas.
Tips para aumentar la autoestima
Cuando una persona tiene la autoestima baja no se aprecia, ni se acepta ni valora sus cualidades, ya que muchas veces no es capaz de verlas. Y, como hemos dicho antes, nada tiene que ver con lo que realmente es, puede hacer o sabe hacer; sino con lo que cree que es, lo que cree que puede hacer, lo que cree que sabe hacer. Es probable, en este caso, que deje de intentar hacer cosas nuevas por miedo al fracaso y se pierda muchas experiencias por el camino; que viva con una menor calidad de vida al no exprimir sus capacidades y no sentirse satisfecha con ellas.
Si te sientes identificado con esto, ¡te contamos algunos tips para aumentar la autoestima y que empieces a quererte como mereces!
Atiende a tu diálogo interno
Observa cómo te hablas y qué cosas te dices. Revisa si eres muy duro contigo mismo, si te castigas o te culpas. El respeto hacia uno mismo es básico para sentir ese abrazo. Tus errores no te definen, son solo vivencias que necesitabas atravesar para crecer y seguir formándote. Puedes utilizarlos como gasolina para transformar algunas cosas y sentirte más fuerte y experimentado.
Háblate con cariño, conversa contigo mismo y extrae conclusiones, perdónate si necesitas hacerlo y aliéntate como lo harías con un ser querido que necesita tu apoyo.
Pon el foco también en lo bueno
A veces solo reconocemos lo que creemos malo en nosotros. Lo que NO tenemos, lo que NO hemos hecho o NO sabemos hacer, lo que NO somos o consideramos que no somos… En cambio, si modificamos un poquito la perspectiva, podemos comprobar la inmensidad y valor que tiene lo que SÍ somos y hacemos, a pesar de nuestras debilidades, inseguridades o carencias. Todos valemos lo mismo y seguro que tienes muchas vivencias dignas de ser admiradas. Piénsalo, date las gracias, acéptate.
Revisa tu entorno
Las personas que realmente suman ven lo mejor de ti y te quieren por lo que eres. Nadie es perfecto, aunque a tu alrededor creas ver personas que lo tienen todo. No caigas en los aspectos más superficiales y sé realista con la idea de que todo el mundo atraviesa momentos buenos y malos, triunfa y fracasa, tiene sus propias inseguridades y miedos. Es importante que mantengas amistades que te hagan sentir bien y refuercen tu autoconcepto, en lugar de personas que te critiquen, te juzguen y te cuestionen continuamente.
Lo importante es participar
A partir de ahora, empieza a juzgarte por tus valores y no por tus logros. Imagina que estás en un proceso de conseguir un peso saludable. Te marcas una rutina de entrenamiento y cumples a rajatabla tus sesiones durante varios meses. Sientes más energía que antes, tu resistencia mejora y empiezas a habituarte a todo lo relacionado con el entrenamiento: la ejecución de los ejercicios, la mayor conciencia de tu cuerpo, la mejora de la postura, la reducción de dolores que antes padecías. Pasan las semanas y meses y llega el temido día, te pesas y la báscula no marca lo que tú te habías propuesto.
- «Soy un fracasado, porque me había propuesto perder estos kilos y no lo he conseguido. Nunca seré capaz de lograrlo. Los demás sí lo consiguen y yo no. Creo que es momento de abandonar, porque no lo voy a conseguir y, además, es evidente que no se me da bien».
- «No he perdido esos kilos que me había propuesto, pero estoy en el camino. Desde que entreno me siento más fuerte, ágil y me desenvuelvo mucho mejor en la actividad física. Siento más ligereza, aunque la báscula no lo refleje como me hubiera gustado. La verdad es que nunca creí que cumpliría la rutina a rajatabla. Siento orgullo y voy a continuar a tope, porque sé que estoy en el camino y cada vez más cerca».
¿Con cuál te quedas? ¡Mereces la segunda opción!
Más consejos para aumentar la autoestima
Por aquí tienes más tips que te ayudarán:
- Identifica tus fortalezas, anótalas si es necesario y léelas a diario.
- Habla con tus miedos, agradéceles que te quieran proteger y sigue tu camino.
- Arriésgate a fallar. En la vida triunfamos y fracasamos y ambas son normales y necesarias. Te animamos a que pruebes cosas nuevas, sabiendo que algunas de ellas saldrán mal y que deberás ser resiliente y seguir avanzando. ¡La vida son experiencias!
- Mírate en el espejo durante unos minutos, aunque al principio pueda resultarte incómodo. Habla contigo mismo, pregúntate por qué eres tan exigente. Pídete perdón, libérate de la culpa, llora lo no llorado.
Practicar ejercicio físico con frecuencia influye en la manera que nos vemos a nosotros mismos y es efectivo a la hora de aumentar la autoestima. Salir de la zona de confort, superar retos, comprobar de lo que somos capaces y evidenciar los resultados en nuestro cuerpo y mente es realmente motivador. Proporciona confianza, seguridad, bienestar, confianza… Si nos necesitas, ¡te esperamos en Entrena Virtual!