En la actualidad, cada vez hay una información más accesible a determinados temas de estilo de vida y, en consecuencia, una mayor conciencia de la importancia de apostar por unos hábitos saludables. Estos nos ayudan a obtener un mayor bienestar y a disfrutar de una gran calidad de vida con el paso de los años. Entre estos buenos hábitos, el de alimentarse adecuadamente es un pilar fundamental. Y es que aquello que consumimos a diario puede determinar cómo nos sentimos física y mentalmente; la energía y vitalidad con las que enfrentamos nuestros días y, sin duda, el estado de nuestra salud. Hoy te hablamos de los alimentos congelados: ¿son saludables?
Tanta información a nuestro alcance es un gran tesoro, sin embargo, en ocasiones puede abrumarnos y hacernos dudar entre distintas afirmaciones y teorías. Por eso es de vital importancia que elijamos bien nuestras fuentes y nos aseguremos de que son fiables y contrastadas. De lo contrario, quedamos expuestos a mitos sobre nutrición que lejos de beneficiarnos pueden hacernos tomar decisiones equivocadas.
Hoy vamos a hablar de un tema que genera bastantes dudas, como es el de si los alimentos congelados son saludables. Y es que el momento de hacer la compra es un punto clave en la planificación del menú semanal. De lo compres dependerá lo que ingieras y, por eso, saber si deberías contar o no con alimentos congelados es básico.
¿Deberías comprar alimentos congelados?
Volvemos al momento de la compra, porque de este dependerá la manera en la que te alimentas durante la semana. Si en tu nevera o despensa no cuenta con alimentos y productos inadecuados, simplemente, no los consumirás. Esto es la norma número uno para aprender a hacer una compra saludable. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando no sabemos si algo es o no recomendable para cuidar nuestra salud? En este caso, ¿son buenos los alimentos congelados?
La respuesta a esta pregunta es, como suele ocurrir en el contexto de la nutrición, un simple y rotundo DEPENDE. Como en otros tipos de alimentos, encontraremos algunos que son una muy buena opción y otros que deberíamos sin duda rechazar. Te lo contamos con más detalle:
FRUTAS Y VERDURAS
Las frutas y verduras congeladas son una excelente opción. Y es que, lejos de lo que muchos pueden creer, conservan la gran mayoría de sus nutrientes. No son para nada perjudiciales para la salud y siguen aportando sus beneficios. Por otra parte, resulta muy cómodo adquirir este formato para cocinar, ya que las obtenemos desinfectadas, lavadas e incluso cortadas a trozos.
CON INGREDIENTES AÑADIDOS
Por otra parte, aquellos congelados que lleven ingredientes añadidos, como azúcar o aceite de girasol, no son una buena opción. Tampoco lo son preparados como pizzas, lasañas y otras opciones muy atractivas por la comodidad al elaborarlas, pero cuyo consumo es conveniente reducir o incluso suprimir.
En definitiva…
¡Adelante con los alimentos congelados!, pero con aquellos que solo contengan el ingrediente en cuestión congelado o una mezcla de ellos sin añadidos. Esto quiere decir que una menestra de verduras que lleva en su composición judías verdes, guisantes, zanahorias, alcachofas y espárragos… será perfecta; mientras que una lasaña, no lo será tanto.
Como tip importante, te recomendamos priorizar siempre los alimentos frescos y de temporada, pero no está mal optar por alimentos congelados siguiendo las recomendaciones que hemos mencionado. ¡La falta de tiempo no debe ser nunca una excusa para dejar de cuidarse por dentro y por fuera!
Y, para mantener en buen estado los alimentos congelados…
Toma nota de estos consejos:
- Revisa siempre la fecha de caducidad.
- Guarda los alimentos congelados rápidamente tras la compra.
- La puerta del congelador no debe quedar abierta durante un tiempo prolongado.
- Si consumes una parte del contenido de la bolsa, pero no su totalidad, asegúrate de que el resto queda herméticamente cerrado.
- Una vez descongelados los alimentos hay que consumirlos y nunca congelarlos de nuevo.
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